Siempre he creído en el piloto cántabro de rallyes Dani Sordo, tanto por su juventud como por sus manos, especialmente sobre el asfalto, donde es un consumado especialista, sólo por detrás de su compañero de filas, el gran Seb Loeb. Pero poco a poco va sembrando dudas y parece que su fabulosa proyección se ha detenido, a pesar de haber contado con apoyos muy importantes en su etapa en el Mundial de Rallyes.
Su estrella va apagándose y el correr a la sombra de Loeb le está pasando más factura de lo esperado. Este fin de semana lo ha hecho realmente bien hasta hoy. Con la retirada del multicampeón mundial pasaba a ser la única esperanza de la casa francesa y tenía ante sí su gran oportunidad para subirse a lo más alto del podio. Sin embargo no ha podido mantener su exigua ventaja y ha sido ampliamente superado por Hirvonen, poniendo de relieve que el español todavía no está hecho. Una gran ocasión desperdiciada.
Y uno ve a Sordo, un piloto rápido pero que no está dando el máximo, y ve a Dani Solá, que lleva años intentando demostrar su valía, y lográndolo, que se arrastra por el campeonato nacional y por el IRC. Sus apoyos no dan para más, a pesar de demostrar rally tras rally que se merece un asiento de WRC. Pero entrar en el Mundial hoy en día es realmente difícil y muchos pilotos capaces de hacerlo bien en la categoría reina deben mirar los toros desde la barrera.
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