3.4.08

¿El ocaso brasileño?

Mañana comienzan a rodar los monoplazas de la categoría reina por el circuito de Sakhir, Bahrein, y yo me pregunto que hará Felipe Massa. Dos carreras llevamos y dos decepciones nos ha deparado. Sin ayudas electrónicas no parece el mismo (hasta sus "compañeros" lo dicen, como Fisichella), aunque nunca se ha distinguido por ser un virguero en carrera. Es rápido, pero sólo cuando puede. Hay gente que se merece mucho más ese asiento, y de ello se especula: Alonso, Vettel, Kubica... son los nombres que más suenan ahora.


Felipe llegó a Australia con vitola de favorito y en la primera curva decidió ponerse en evidencia estrellándose contra el muro. Quiso arreglar el desaguisado y se llevó por delante al pobre David Coulthard. En fin, un desastre detrás de otro. Fue a Malasia pensando en que su fortuna cambiaría pero cuando se las prometía con un podio feliz y sin complicaciones forzó para mantener el primer puesto y su vehículo acabó encayado en la arena, cual nave en la playa. Así naufragó otra vez, pero su arrogancia le hizo decir cosas que ya le están pasando factura; para empezar es imposible encontrar a alguien dentro de la prensa italiana que aún le defienda.


Pero el embrujo carioca se difumina, y de aquellas estrellas como Fittipaldi, Piquet (padre) o Senna poco queda más allá del recuerdo. Barrichello, un eterno segundo que nunca pudo inquietar lo más mínimo al más grande, está cerca de ser el piloto con más participaciones en Grandes Premios, pero eso sobre el asfalto no indica nada más allá de la experiencia. El otro brasileño en liza es el hijo del tricampeón mundial Nelson Piquet. "Nelsinho" ha alcanzado la Formula 1 gracias a sus manos y a un camino aplanado y carente de dificultades. En su salto a Europa lo hizo bien y la neonata GP2 le vino como anillo al dedo. Ahí se pasó 2 temporadas demostrando que podía ir rápido pero también que su fogosidad le perdía. El segundo año s convirtió en el anti-Hamilton, pero su gloria no pasó de ahí.


Ahora Piquet se da cuenta de que la F1 es otro nivel, y su referencia (por desgracia para él) es el mejor piloto del mundo (esto es opinión personal). Eso añadido a un coche realmente escasito supone complicar aún más su debut. Eso sí, ahora parece que la paciencia reina en Renault, pues el año pasado a estas alturas se pedía la cabeza de Kovalainen, quien después demostró que habría sido un grave error.


Muchos otros brasileños han pasado durante estos últimos años por el Gran Circo pero con escaso éxito. Ejemplos hay muchos: Ricardo Zonta (quizás éste haya sido uno de los pilotos más desperdiciados en los últimos tiempos), Da Matta, Bernoldi, Marques... Otros tantos ni siquieran han osado el gran salto, como Kanaan o Castroneves. Y en la cantera, ¿qué hay?

De manera resumida podemos fijarnos en Lucas di Grassi, probador de Renault, aunque con un futuro muy dudoso; en GP2 destaca algo Bruno Senna, pero las buenas maneras demostradas el año pasado debe refrendarlas éste, y de momento no ha empezado bien; Luiz Razia, un joven de 19 años, que este año debe demostrar su calidad optando a la victoria de la EURO3000 y confirmar esa sensación de buen piloto que transmite; César Ramos, rápido y bueno en carrera, progresó mucho el año pasado y éste lo ha comenzado imponiéndose es las series invernales de la F-Renault italiana. Todos ellos serán claros aspirantes al título en sus respectivas categorías y son la muestra de lo que aporta Brasil al futuro a día de hoy. Obviamente muchos quedan todavía en su país y en EEUU, destino de moda para los sudamericanos. No obstante, hace unos años la marabunta de pilotos braileiros despuntando en las distintas categorías era abrumadora. Las tardes de gloria se acabaron.

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